El ejercicio de quietud
Uno de los ejercicios primarios para ubicar
y enfocar la conciencia en el CENTRO es el ejercicio de quietud. Su propósito es disipar la espesa niebla de estímulos sensoriales
que asedian al alumno y activar sus respuestas instintivas en fomra de movimiento/acto. Consiste en tomar ciertas posturas,
sentado* o de pie (según la escuela) y mantenerlas durante prolongados espacios de tiempo, poniendo en jaque las respuestas
físicas hasta que la quietud se convierta en un estado natural.
A causa de su fuerte perfil estático, este ejercicio conviene particularmente a las
escuelas metafísicas de pensamiento religioso o filosófico, en las que se practica extensamente. Pero también ha sido adoptado
por las escuelas más prácticas de acción, donde las personas relacionadas con las artes y la artesanía (pintura, cerámica,
teatro) y el combate, lo utilizan como disciplina preliminar para establecer el control, o sea, "domesticar a la bestia".
Así el individuo aprende a controlar su cuerpo y sus reacciones físicas como preparación a la práctica de otros ejercicios
y técnicas características de su escuela.
Tomado del libro
Aikido y la esfera dinámica
de A. Westbrook y O. Ratti
Ediciones Obelisco 2001
página 100